Autora invitada: Alejandra Guarinos Viñals (*)
Mucha gente piensa que la traducción es una disciplina aburrida, sosa, pero no: alimenta la mente, nutre el espíritu y, en este caso en concreto, deleita las papilas gustativas. Traduciendo los relatos de Venance Konan, me encontré con algunas referencias culinarias. ¿Pero qué diablos es un ñame?, me pregunté al tropezarme con este término. ¿Y un gombo? Estos ingredientes, muy utilizados en Costa de Marfil y en buena parte de África, son auténticos desconocidos en nuestra cocina. Cuando descubres qué son y qué aspecto tienen surge otra incógnita: ¿a qué saben?
Traducir literatura africana es un reto constante. África posee una diversidad cultural ingente y eso atañe también a su cocina. Buscando poner cara a un agutí o intentando averiguar que es el koutoukou, descubrí decenas de webs con recetas de cocina marfileña. Una vez clara la descripción del plato o ingrediente, me quedé con un regusto amargo porque, tratándose de alimentos, lo ideal es ponerles sabor.
Y de pronto, el premio a mis múltiples pesquisas surge como caído del cielo: un curso de cocina de África Occidental. ¿Quién hubiera pensado hace cuatro o cinco años que la Universidad Popular de Albacete tuviera en su programación un curso de este tipo? ¿Se debe al tirón de la cocina que se está viviendo en España o es que se están buscando alternativas para dar a conocer África? Quisiera creer que ambas cosas. Los profesores del evento, una pareja senegalesa y un ghanés, nos deleitaron con platos típicos de los dos países. Los asistentes tuvimos la suerte no solo de ver cómo y con qué cocinan, sino de degustar sus guisos.
De esta forma conseguí saciar mi curiosidad: pude tocar un ñame y ponerle textura y sabor. Y lo mismo con el mijo o el cocoyame. Saboreamos hasta catorce platos, entre ellos foufou, thieboudienne, thiakry, thiebouguedj y probamos el bissap, una bebida muy popular en África Occidental. Todo un universo de sabores, colores, texturas y olores, distintos y desconocidos para la mayoría de los participantes. Difundir la diversidad del continente africano a través de su cultura gastronómica es una manera estupenda de acercarse a su mundo de forma amena y divertida. Permite interactuar con africanos en un entorno distendido donde surgen de forma espontánea preguntas y consultas sobre sus tradiciones y formas de vida.
El curso fue muy enriquecedor en todos los sentidos. Visto el éxito que ha tenido, ya se está planteando una segunda edición. Sería estupendo que iniciativas como esta proliferaran como medio para acercar África al ciudadano de a pie. Tal y como ocurre en el resto de los continentes, en África, cada país tiene su propia tradición culinaria: todo un mundo por descubrir y degustar. ¿Alguien más se anima? Y en cuanto a la traducción, tiene sus sinsabores, para qué negarlo, pero a veces también su punto sabrosón.
(*) Alejandra Guarinos Viñals es la traductora al español de la obra de Venance Konan. En estos momentos trabaja en la novela de Fatou Keïta Et l’aube se leva. Con esta colaboración empezamos la serie «Traduciendo África(s)» que, en tono desenfadado, nos permitirá acercanos a las culturas africanas tomando como base sus traducciones publicadas en 2709 books.