La Feria del Libro permitirá vender eBooks por primera vez en una gran carpa digital. 4.1.2017. Tecnoxplora.
Fuenteovejuna: La Feria del Libro aborta la carpa digital de venta de eBooks antes de nacer. 9.2.2017. Tecnoxplora.
Llego a la segunda noticia antes que a la primera. Leyendo en Tecnoxplora que no habrá carpa digital me entero de que, por primera vez, la Feria del Libro de Madrid se había planteado la venta de eBooks en un espacio común. Estoy tan malacostumbrada a que algunos consideren que los editores digitales somos intruso-ilusos, culpables de que sea lea poco, enemigos a batir y vendedores de aire que lo que me sorprende es la primera noticia, la que me perdí, la «anormal», la propuesta de Manuel Gil en su primer año como director de la feria.
Acostumbrarse a no tener presencia solo por formato es un error, un reproche que me hago en voz alta y comparto para que no me vuelva a ocurrir. La no-noticia es la que me ha hecho darme cuenta de que me he habituado —y no era consciente— a que nuestros libros no tengan presencia en la calle, en las ferias, únicamente porque su formato es digital. No me faltan ni convicción ni ganas: dedicar tiempo, esfuerzo y dinero a publicar literatura africana en formato digital requiere un nivel de testarudez importante (que quizá venga de la sangre maña que todavía corre por mis venas). Pero este toque de atención me obliga a recolocarme.
Si, como recoge el artículo, el libro electrónico solo representa el 5% de la facturación del sector, ¿cuál es el miedo que tienen y por qué? Incomprensible rechazo unánime de todos los actores que trabajan en formato tradicional al grito de «esto es una feria de papel». Ah. Es verdad, es una feria del libro, no de la lectura. No importa que se lea, importa vender libros en papel y con lo poco que se vende no vamos a llegar además los cuatro frikis a vender otros formatos. Bueno, tampoco cuatro frikis, que la representación digital iba de la mano de Casa del Libro o Fnac España…
¿Vender libros digitales mirando a los ojos? No, faltaría más. No vaya a ser que los lectores se den cuenta de que no somos el mal, que solo publicamos libros, sueños, historias, pero en otros formatos.
Marina, algunas precisiones:
1. De acuerdo con el planteamiento, aunque también es verdad que los únicos que no pueden vender ebooks ‘mirando a los ojos’ son los que sólo venden libro digital.
2. Quizás alguien se precipitó al hacer pública o filtrar una propuesta con la ¿idea? de hacer presión sobre la propia institución que organiza la Feria, provocando quizás con ello una reacción no esperada. O bien se fue torpe en la gestión de los tiempos o se quería jugar a ser víctima.
3. Conviene siempre saber dónde con quién y para quién se trabaja…
Abrazo
A pesar de que algunos tengan muy claro para quién «se trabaja», el hecho es que los editores, libreros y los autores, en última instancia, trabajan para los lectores. Que se haya establecido un gremio (o una mafia) que impide que el lector tenga lo que necesita y se le imponga lo que da beneficios a los capos es, en todo caso, pan para hoy y hambre para mañana… Y es que, al fin y al cabo, el mercado es soberano.
Hola, José Antonio. Gracias por tus comentarios.
La defensa del modelo tradicional enfrentándolo al modelo digital hace pensar en intereses puramente económicos. Son lícitos, las editoriales somos empresas y también tenemos que pensar en las ventas. Pero como actores culturales no podemos quedarnos únicamente con ese indicador: bibliodiversidad y fomento de la lectura son valores tanto o más válidos para medir el éxito. Como bien dices, tenemos que trabajar juntos para el lector. Ya elegirá él qué lee y cómo lo lee.
Un saludo.
Querido Txetxu, qué bueno leerte por aquí también. Gracias por tus precisiones.
Efectivamente, nos afecta a los que únicamente trabajamos en formato digital, pero no deja de ser una discriminación por formato (una más, porque pagar más IVA ya es una discriminación por formato). Parece que la voluntad es defender una forma tradicional de hacer las cosas, con sus virtudes y defectos, en vez de fomentar, entre todos, la bibliodiversidad y la lectura.
Respecto Manuel Gil, me alegró mucho leer que era el nuevo director de la feria: creo que puede ayudar a cambiar mentalidades, con datos, de forma constructiva. El tiempo dirá si es una incidencia en el primer año de gestión o algo más.
Un abrazo de vuelta. El próximo, mirándote a los ojos 😉
¡Ojalá! 😉