La SAPE

Autora invitada: Alejandra Guarinos Viñals (*)

Durante la lectura en el club Baobab del libro Mañana cumpliré 20 años de Alain Mabanckou salió a relucir uno de los temas recurrentes en las obras de este autor: la SAPE, abreviatura francesa de Sociedad de Animadores y Personas Elegantes. Se trata de un movimiento que ha recobrado brío gracias a las últimas apariciones en los medios de comunicación de este escritor congoleño haciendo gala del sello inconfundible de todo sapeur: la elegancia en el vestir. A los seguidores de la SAPE se les llama dandis congoleños, lo cual tiene mérito teniendo en cuenta dónde surgió esta tendencia.

Distintas fuentes sitúan el origen de la SAPE alrededor de los años veinte en Brazzaville, República del Congo. Incluso se pone nombre a la persona que la inició: Grenard Matsoua. Por lo visto fue el primer congoleño en regresar de París trajeado a la francesa. Aquello causó furor entre sus paisanos y, a partir de ahí, el movimiento se tornó imparable, cruzó de inmediato el río Congo hasta Kinsasa y, desde ambos Congos, saltó a otros países. Uno de los máximos responsables de esa expansión fue el músico Papa Wemba.

Un sapeur, el seguidor de la SAPE, es aquel que hace de la elegancia su modo de vida. Para él, el traje de marca —siempre de colores vivos—, las corbatas de seda, los zapatos de lujo —relucientes— y las gafas caras son un imprescindible. Cada sapeur tiene su sello personal y su máxima es la singularidad. Visto así, el asunto no tendría nada de particular, sería una moda más y punto. Lo excepcional de la SAPE es el entorno de pobreza en el que surgió y en el que todavía se enmarca. Existe un contraste abismal entre el lujo del que hacen gala estos dandis congoleños y la miseria en la que viven. Resulta cuando menos surrealista ver a un sapeur, hecho un auténtico pincel, salir de su chabola y pavonearse en un decorado de miseria. En la mayoría de los casos, los sapeurs tienen sueldos que apenas les da para mantener a la familia y suelen tardar años en conseguir dinero suficiente para comprar ropa de marca, casi siempre de segunda mano. Eso cuando no piden un préstamo para adquirirla. Pero el sacrificio merece la pena. Para ellos, ejercer de sapeur es una forma de recuperar la dignidad y el amor propio que la pobreza les ha robado. Para mucha gente son un modelo de superación personal, auténticos ídolos. Conocedores de ello, los incondicionales de la SAPE cuidan mucho las formas y acatan ciertos códigos de conducta. La SAPE es una filosofía de vida.

Por supuesto, este comportamiento suscita más de una crítica. ¿No sería preferible que gastaran ese dinero en mejorar sus casas u ofrecer una mejor educación a sus hijos? Puede. Pero en países donde el día a día es tan correoso, la aparición de un dandi, con sus colores, sus poses y su elegancia en medio de tanta pobreza supone un bálsamo para muchas almas.

Alain Manbanckou siempre ha defendido su mestizaje cultural y sus raíces africanas. Gracias a su reciente faceta de sapeur ha conseguido acercar una manifestación social de su país natal al gran público. La SAPE ya ha alcanzado París, Londres y Bruselas, donde sus simpatizantes pasean con orgullo sus elegantes y coloridos trajes. Pero más allá de lo frívolo que pueda parecer a simple vista, conviene recordar que detrás de esa apariencia se esconde la búsqueda de la autoestima y la felicidad. Razón más que suficiente para tenerlos en consideración.

¿Queréis ver a los sapeurs en su salsa?:

Créditos de la fotografía: Men’s Sapeur inspired looks from SS 15 lookbook, Eguanakla. Fuente: Wikimedia.

(*) Alejandra Guarinos Viñals es la traductora al español de la obra de Venance Konan y de la novela Amanecía, de la escritora marfileña Fatou Keïta. Desde 2016 coordina el club de lectura de literatura africana Baobab en la Biblioteca Pública del Estado en Albacete. Con esta colaboración continuamos la serie «Traduciendo África(s)» que, en tono desenfadado, nos permite acercanos a las culturas africanas tomando como base sus traducciones publicadas en 2709 books, las lecturas del club Baobab y noticias de actualidad.

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