Estimado Juan Luis:
«Para llegar a más gente, la solución no es el papel», leía ayer en la sección «eldiario.es responde» de eldiario.es. Estoy de acuerdo con tu afirmación: dirijo una editorial nativa digital y defiendo un modelo de negocio que permite —en teoría— llegar allí donde hay una conexión a internet e interés por nuestros contenidos. En los contenidos está la clave, también para mí: el formato electrónico es solo eso, formato. Lo que importa son las historias que cuentan los autores y que publicamos también gracias al trabajo de los traductores literarios.
A nosotros también nos piden libros en papel, pero todavía no estamos preparados —ni logística ni económicamente— para dar el salto. En parte, porque no queremos reproducir un modelo tradicional que nos parece un tanto absurdo y poco sostenible, ese que imprime para luego destruir invendidos o que colapsa librerías con novedades y devoluciones. Pero también porque trabajamos para quitarle la categoría de sucedáneo al libro electrónico: se puede publicar en digital con calidad de fondo y forma.
Y de repente he intentado recordar cuál era el último libro publicado por una editorial nativa digital que había aparecido en vuestras páginas de cultura. He repasado un par de artículos recientes sobre libros: «Tres libros para llevar al campo (si eres ratón de ciudad)» y «23 libros que tienes que leer recomendados por los que más saben». Propuestas interesantes, diversidad y bastantes editoriales independientes, así que solo puedo aplaudir las elecciones. Sin embargo, solo veo libros publicados en papel. No he hecho un repaso exhaustivo de cada título, pero diría que ninguno es nativo digital y muchos no tienen versión electrónica (al menos, no está publicitada en la página web de la editorial correspondiente). Y me resulta paradójico porque vuestro periódico cubre bien la propiedad intelectual, la tecnología y cómo ambos campos evolucionan hoy de manera indisociable. Los artículos de Marta Peirano y David Bravo son buenos ejemplos.
Me dirás que los artículos de libros no se basan en el formato, sino en la obra reseñada. Tienes razón, lo celebro. Pero ¿de verdad ningún libro electrónico publicado en español tiene calidad, interés u oportunidad en función de noticias de actualidad para tener hueco en vuestras páginas? Me cuesta creer que las joyas japonesas publicadas por Chidori Books no interesen. Me resisto a pensar que la saga del cabo Holmes que publica sinerrata no pueda gustarle a los amantes de la novela policiaca. Me desanima considerar que, en una sociedad cada vez más diversa y compleja, la literatura africana que publicamos en 2709 books no importe. O que la ciencia ficción de Fata Libelli y sus autores traducidos por primera vez al español no puedan atraer a vuestros lectores.
Las editoriales digitales no contamos con el apoyo de la prensa tradicional en papel. Tampoco tenemos espacio en las ferias del libro: somos un híbrido de enemigo a batir y frikis. No quisiera pensar que la prensa digital también va a darnos la espalda por cuestiones de formato, cuando es precisamente el modelo que, en vuestro caso, permite solvencia económica e independencia editorial.
Me permito terminar parafraseándote. Lo que te diría es: fuera complejos, la edición digital es la mejor forma de llegar a todas partes. Y para conseguirlo, lo que necesitamos no es una imprenta, sino medios digitales que se hagan eco de los libros publicados por editoriales nativas digitales y poder llegar así a más lectores.
Gracias por tu tiempo.
Marina M. Mangado