Publicado en Sin cadenas el 12.08.2017. Autor: Miquel Soria.
Justo en el momento en el que recupero la lectura y la pasión por viejas figuras como la de Martin Luther King Jr., Malcolm X o Thoreau, y me vuelvo a deleitar tras un gran parón con la filmografía del incombustible Spike Lee, llega a mis manos, traído por la casualidad, esta desconocida joya de la literatura negra.
Afrofuturo(s) es un pequeño menú degustación con lo mejor que cualquiera puede probar del llamado afrofuturismo. Se trata de una compilación de cinco cuentos del género hechos por autoras y autores tanto africanos como afroamericanos (Suleiman Agbonkhianmen Buhari, Ivor W. Hartmann, Sheree Renée Thomas, Zak Waweru, Ytasha L. Womack), que exploran mundos futuristas de una forma mágicamente cotidiana, y que la traducción de Alejandra Guarinos no nos hace perder ni un ápice de su esencia.
Pero antes de meternos en harina, quizás deberíamos aclarar un poco qué es el afrofutirsmo. De hecho, se trata de algo más que un género literario. Según palabras de la propia Wikipedia, «es un tipo de estética literaria y cultural que combina elementos de ciencia ficción, ficción histórica, fantasía y realismo mágico con cosmogonías no occidentales. Su objeto es criticar no solo la problemática actual de los negros sino también revisar, cuestionar y reexaminar los eventos del pasado». Y dentro de este extenso grupo que toma varias disciplinas artísticas, es donde entran los cinco relatos de Afrofuturo(s).
Esta pequeña corona de cinco joyas explora varios temas recurrentes dentro de la ciencia ficción. Desde el tranhumanismo tecnológico hasta los viajes en el tiempo, pasando por el control mental, el cataclismo medioambiental y el mundo digital en general.
Podría parecer que aporta poco o nada al mundo futurista, pero dentro de todas sus virtudes, estos cinco cuentos exploran imaginativos escenarios del futuro más lejano alejados de las clásicas visiones occidentales, tomando como referencia y centro la cultura africana, mientras ponen sobre la mesa temas que se entremezclan con los ya citados y que son clásicos del género. La herencia de la esclavitud en los EE. UU. y el consecuente trato de inferioridad de los negros frente a los privilegios de la raza blanca, incluso pisando la propia cultura africana; o la ruptura del eurocentrismo como pilar de la concepción de la historia humana, retornando a nuestros orígenes africanos, son solo algunos de los temas que se tocan de una forma tan orgánica en estos cuentos, que a veces uno no se da cuenta de que están allí, pero que van calando a cada palabra leída.
Pero más allá de los grandes temas que se tratan y de la mágica forma de hacerlo, cada uno de estos relatos nos presentan escenarios de futuros lejanos, de sociedades totalmente distintas a la nuestra (aliens viviendo entre nosotros, nuestro mundo sin la presencia humana, dictaduras sociales deshumanizantes…), pero todos y cada uno de ellos nos llevan en este viaje de una forma sutil y natural, que los sentimos como escenarios propios, cercanos; hasta que nos damos cuenta de lo alejados que estamos de casa.
Sin lugar a dudas es una lectura más que recomendada cuyo único punto negativo es lo rápido que se lee y lo mucho que se añora cuando se termina.