Publicado en Mundo negro el 28.10.2016. Autor: Chema Caballero.
Siempre espera una sorpresa
Como cada mes, en julio, Sonia se desplaza desde Bilbao –donde reside– a Madrid para coordinar la última sesión del club antes del parón veraniego.
Sentada en una mesa delante de la reproducción de un estudio fotográfico maliense de los años 60 y 70 del siglo pasado, hace la introducción de la obra elegida antes de invitar a la veintena de participantes a compartir sus opiniones. Estos se sientan en sillas decoradas con telas africanas o taburetes, rodeados de la última colección de moda primavera-verano diseñada por Maica de la Carrera (que este año lleva por nombre «Camerún majestuoso» y pretende rendir un homenaje a las princesas bamileke de ese país y a la riqueza textil bamenda y bamun) y las fotos de la exposición colectiva «Por África y por ti, Malick», con la que varios artistas pretenden honrar al gran fotógrafo maliense Malick Sidibé.
Para la ocasión se ha elegido un texto ajeno al catálogo de Casa África, se trata de Amanecía de la autora marfileña Fatou Keïta. La obra está traducida al castellano por 2709 books, una editorial independiente que se presenta como «un grupo de lectores antes que editores, que buscan otras historias, de otros autores, que les acerquen a otras visiones del mundo». Todos sus libros están editados en formato electrónico con la idea de llegar a más lectores, producir con menor coste y poder remunerar mejor a autores y traductores.
Como suele ser habitual en las sesiones del club, también en esta ocasión hay un par de sorpresas. La primera es la participación de Franck Olivier Kra, editor jefe de la revista eBiz Africa Review, que se publica en castellano e inglés y ofrece noticias centradas en África tanto de negocios como de entretenimiento.
Franck, un marfileño afincado en Madrid, pone el contexto al libro leído: los convulsos años 90, en los que él se encontraba cursando sus estudios universitarios en Abiyán. Aunque la obra está localizada en un país ficticio llamado Bahía de los Cocodrilos, desde el prólogo de la misma, escrito por Ángeles Jurado –periodista y gran conocedora de Costa de Marfil–, quedan claras las similitudes con el país africano, al mismo tiempo que tampoco se identifica con él y sirve de metáfora para tantos otros del continente.
Junto a Franck Oliver Kra, está Alejandra Guarinos Viñals, traductora de la obra. Ella habla de las dificultades de traducir un texto como este, donde el registro hablado de los personajes cambia constantemente, incluso llegando a utilizar el dialecto y el argot de la calle. También introduce datos sobre la autora, su obra y el público que la sigue.
Alejandra es también la coordinadora del Club de lectura Baobab que desde principios de este año se reúne todos los meses en la Biblioteca Pública del Estado de Albacete. En los pocos meses de vida que tiene este grupo ya ha leído Todo se desmorona, del nigeriano Chinua Achebe, un clásico de las letras africanas y un muy buen comienzo para un proyecto de este tipo, Las que aguardan, de Fatou Dione –el único libro en el que han coincidido con el de Mamah África–, Tras la celosía, del premio Nobel egipcio Naguib Mahfouz, Mayombe, del angoleño Pepetela, editado por Casa África, y dos relatos cortos, y muy recomendables, El entierro de mi tío y En nombre del partido, del marfileño Venance Konan, publicados por el sello 2709 books.