El trío de ases de Venance Konan
Publicado en Literáfrica el 24.12.2015. Autora: Sonia Fernández Quincoces.
Aciertan de nuevo desde la editorial 2709 books con la publicación de otro relato del marfileño Venance Konan. Pero ¿quién es Venance Konan? Para los despitados os pongo sobre la pista.
«Venance Konan es un autor prolífico y premiado, pero desconocido en nuestro país. Sus relatos sarcásticos permiten reír y pensar. Y suelen enganchar: quieres más. Es crítico, también consigo mismo. Mete el dedo en la llaga africana y occidental. No esconde su compromiso. Es cercano», argumenta Marina M.Mangado, la cara visible de la editorial para África no es un país.
Desde Wiriko, Carlos Bajo Erro nos da una semblanza más política de este controvertido periodista: «La figura de Venance Konan es de todo menos tibia. Se trata de uno de los periodistas y escritores más conocidos de Costa de Marfil con un posicionamiento político, ante la crisis, tremendamente claro. Se colocó del lado de Ouattara durante la campaña y el conflicto posterior, lo que le permitió regresar de una especie de exilio francés, cuando Ouattara tomó posesión del poder». Y califica su obra: «Aparecen como historias humorísticas, ligeras y desenfadadas, pero no hay que escarbar demasiado para darse cuenta de que debajo de la superficie los relatos tienen una considerable profundidad o, al menos, una considerable voluntad pedagógica. A decir verdad, además, Konan ha encontrado los mecanismos para que esa intención de transmitir un mensaje se cumpla».
En una entrevista para este blog, Konan afirmaba que lo que le llevaba a sentarse delante del papel en blanco «son las ganas de contar cosas. A veces, son ganas de gritar». Y que el humor es parte de su carácter y «que los asuntos serios llegan mejor cuando se narran desde el humor». Tres son los nuevos relatos que se unen a Robert y los Catapila y El entierro de mi tío y que nos vuelven a mostrar esa narrativa fácil de leer, bien escrita y llena de humor. El cuento o relato corto tiene sus propios mecanismos, es un género difícil, pero los de Venance Konan nos dejan un buen sabor de boca al acabar de leerlos tras haber soltado alguna carcajada. Y también nos inducen a la reflexión. Una buena apuesta.
La gata de Maryse
Ante todo este relato se escribe desde el conocimiento de la realidad de las complicadas relaciones entre seres humanos de diferentes culturas. El amor (tanto el que siente el universitario marfileño hacia la francesa Maryse, como el que esta siente hacia su gata), ¿o deberíamos de hablar mejor de sexo?, es el motor que lo mueve todo… Un sentimiento que al principio surge interesado (las mujeres extranjeras suponen para los marfileños una oportunidad de lograr el pasaporte y salir del país) y que después podemos plantearnos si es sincero o una especie de coartada ante lo que va sucediendo. Máxime si tenemos en cuenta que el gato siempre está bien alimentado y luce gordo en un país en el que la pobreza y la necesidad se cuela por todas las rendijas.
La visión del otro, la corrupción política y policial y las revueltas estudiantiles aparecen como telón de fondo. Un relato no exento de crítica hacia los mismos marfileños y su postura: «Vuestro objetivo no es otro que convertiros en refugiados mantenidos o trabajadores emigrados a Europa; en realidad, lo que tendríais que hacer es movilizar toda vuestra fuerza e inteligencia en el desarrollo de vuestro país», que no nos sorprenderá en su final, pero que nos dejará con el pie cambiado.
La guerra de las religiones
Esta vez el escritor se atreve con la religión. La propia editorial nos resume su contenido: «La vida en la Riviera, barrio de Abiyán, se vuelve insoportable cuando Antoinette convierte su casa en la sede de un grupo de rezos nocturnos. Amon, Karamoko, Bernard y Aristide, amigos, cristianos unos, musulmanes otros, intentan hacer frente a los tejemanejes de esta mujer de labios siempre crispados que vive de los chismes del barrio y de aprovecharse de la debilidad de espíritu en tiempos de crisis».
Un relato sobre oscuras envidias, un extraño profeta cargado de oro y estrategias más o menos ingeniosas para combatir los cotilleos y el fanatismo religioso. Todo ello regado con unas cervezas en el maquis, algo de filosofía china y mucho humor «a la Konan».
En nombre del partido
La política como eje vertebrador de este relato nos descubre bajo una trama hilarante el submundo de poder y vileza que se esconde detrás de las maniobras de aquellos que solo guiados por su amor al poder son capaces de cualquier cosa. Bajo la forma de un vodevil, se nos muestra una historia extravagante y muy divertida, pero tras la que no pueden esconderse las manipulaciones y los movimientos internos de los partidos políticos, en los que el sexo y el dinero aparecen como hermanos del poder. El proceso de desengaño, desde las ilusiones por querer cambiar desde la oposición el sangrante régimen del dictador, pasando por el acceso al gobierno del partido de izquierdas con su ideario de promesas y libertades y su posterior caída en la corrupción, miseria y declive se narran desde la voz de unos personajes nada edificantes. Faustin, el camarada, exprofesor de instituto, que lo ha sacrificado todo «en nombre del partido» comprobará en su propias carnes lo grosero de la manipulación de un sistema que ha sido establecido para perpetuar privilegios y desigualdades, justo lo que él pretendía combatir.
«Unas risas acompañadas de unas cuantas preguntas: ¿De qué son capaces los militantes por su partido? ¿Y los políticos «profesionales» por alcanzar la gloria prometida? ¿Y los líderes por mantenerse en el poder? ¿Todo está en venta? ¿Dónde están la izquierda y la derecha? ¿Qué hay detrás de ese programa electoral que casi nadie lee? Una historia sobre (in)fidelidades políticas y vitales cargado de humor y despropósitos. Una ficción tan ridícula en apariencia que solo puede esconder historias y miserias reales, esas de las que son capaces los políticos cuyo único objetivo es alcanzar el poder y no irse jamás».