Murambi, el libro de los huesos. Boubacar Boris Diop

Publicado en 30 de diferencia el 10.07.2019. Autor: José Luis Benavente.

Si no existiese una editorial como 2709 habría que inventarla. 2709 books es una pequeña editorial independiente, cargada de originalidad, centrada en lo diferente, en lo desconocido, en lo diverso, con historias distintas, con otros autores y con una apuesta decidida por la literatura africana. Una total desconocida en el mundo occidental.

Opinión personal: Hay libros que entretienen, hay libros que se disfrutan, hay libros que recomendarías, hay libros que te hacen pensar, hay que te hacen buscar información sobre lo que has leído y Murambi, el libro de los huesos tiene todo esto y algo más.

Supongo que todos los que tenemos ya una cierta edad recordamos de manera más o menos difusa como hace ahora veinticinco años era portada de los telediarios un pequeño país africano, Ruanda. Seguro que muchos recuerdan a hutus y tutsis y sabemos que se mataban entre ellos, y sabemos poco más. Porque lo que ocurre en África sucede lejos, parece que no nos importa y no nos afecta. Los muertos de allí son de segunda… o de tercera.

Según podemos leer en el posfacio (imprescindible lectura para comprenderlo todo), Boris Diop estuvo en el año 1998 en Ruanda junto con otros diez escritores africanos participando en un proyecto de escritura sobre el genocidio ruandés, y de ahí surge este libro. El protagonista, Cornelius, tras años en el exilio, regresa a su país y allí junto con amigos de su infancia y su anciano tío descubre algo que de cambiará su visión de la historia para siempre. Un libro que no deja de ser una denuncia, pero también un homenaje, una denuncia para luchar contra el silencio que sería la gran victoria de los asesinos, y un homenaje a todos los que cayeron y también a los que siguieron viviendo…

800.000, 1.000.000, 1.200.000… son cifras aproximadas del número de vidas que dejó el último genocidio del siglo XX. Mientras, lo más sencillo es seguir mirando para otro lado, o incluso el ombligo no vaya a ser que la conciencia nos remuerda aunque solo sea un poco.

Ver el artículo original
Scroll al inicio